Fue un Abierto de Australia soñado para Serena Williams. La estadounidense, que había cedido la cima del ranking de la WTA en septiembre pasado, recuperó el Nº1 del mundo al desplazar a la alemana Angelique Kerber gracias a su conquista en Melbourne. Así, Serena hizo historia al conseguir su 23º título de Grand Slam, superando a Steffi Graf y alcanzando la mejor marca de la era abierta al profesionalismo.
En septiembre, con su eliminación del US Open, Serena corrió el riesgo de perder el primer lugar de la clasificación tras 186 semanas. Y eso se hizo realidad, días después, cuando Kerber se consagró campeona en Nueva York. Desde entonces, la germana lideraba el ranking WTA, pero al ser derrotada en octavos de Australia dejó muchísimos puntos en el camino, ya que era la defensora de la corona lograda en 2016.
Con la inesperada despedida de Kerber, sabía Serena Wiliams que necesitaba ser campeona para recuperar el número uno. Mostró un nivel muy alto y terminó derrotando a su hermana Venus en la final para convertirse otra vez en la reina del circuito, siendo la de mayor edad, con 35 años y 4 meses, en trepar a la posición más alta del ranking.
Fue una semana de muchas modificaciones en la elite mundial, ya que por primera vez subió al podio la checa Karolina Pliskova, quien ascendió dos sitios y es la Nº3. En tanto, la eslovaca Dominika Cibulkova se ubicó en el quinto lugar.
La mejor del tenis latinoamericano continúa siendo, por amplio margen, la puertorriqueña Mónica Puig. La sorpresiva campeona olímpica en Río 2016 cayó en segunda rueda y continúa siendo la 46ª del listado mundial, siendo la única Top 100 de la región.