Juan Pablo Duarte y la juventud
Por Max Montilla
Hoy se conmemora 210 años del natalicio del que concibió este país, como libre de “toda potencia extranjera”, el patricio Juan Pablo Duarte y Díez (Santo Domingo; 26 de enero de 1813-Caracas, 15 de julio de 1876), fue un militar, político, activista y Fundador de la República Dominicana.
La conmemoración del nacimiento del padre de la patria es propicia para recuperar el esfuerzo denodado por este joven en la construcción de la dominicanidad. Viene a la vida Cuando se es Colonia española, crece bajo el periodo de la dominación haitiana, pero tuvo la oportunidad de conocer las ideas del liberalismo, nacionalismo y romanticismo. Su patriotismo y civismo se fortalecen con la expresión romántica del nacionalismo.
Esas corrientes ideológicas constituyen el armamento cultural de Duarte, a lo que se suman los principios del cristianismo.
El acervo cultural de Duarte fue colocado al servicio de la Patria, se consagró a la educación crítica de un grupo de jóvenes que creían posible la independencia nacional. El rol de maestro de Duarte es su gran obra prócera, crear empatía juvenil, concienciar a la juventud, fundar la Sociedad Secreta La Trinitaria con sus apéndices de La Filantrópica y La Dramática.
Estos instrumentos permiten propagar la idea independentista y concretar el trabajo emancipador. El esfuerzo independentista de Duarte y sus compañeros debió lidiar con la objeción de pro haitianos y conservadores pro europeos, así como otros grupos oligárquicos criollos.
Los muchachos de la “loca independencia” no escatimaron esfuerzos para doblar el pulso de esos grupos recalcitrantes que sólo procuraban beneficios personales, y que como sostiene Duarte en su ideario “En lo que no se ponen de acuerdo nuestros libertos es en lo del amo que le quieren imponer al pueblo”.
Duarte es un modelo que trasciende el tiempo, que inspira las energías para articular proyectos de nación que fortalezcan las instituciones públicas y la vida social. Ese Duarte político, es un activista que funda La Trinitaria como el instrumento desde donde se concientiza a la población, sus miembros juran con sangre el compromiso patriótico a favor de la dominicanidad.
Solicitar a sus hermanos de sangre que pongan al servicio de la patria el patrimonio familiar es un ejemplo genuino que debieran emular en la actualidad algunos de los políticos criollos, quienes en su visión patrimonial entienden la política para el beneficio personal y particular.
Duarte tenía una visión holística y hasta platónica de la política, la concebía como la ciencia más pura, capaz de unir diferencias y armonizar las relaciones de poder entre individuos, grupos y naciones.
Duarte joven es el arquetipo a propagar, la juventud ha estado involucrada en los diferentes avatares y momentos más aciagos de la vida nacional. Los trinitarios y los restauradores fueron jóvenes que impulsan la independencia primero y luego recuperar la patria a través de la guerra de restauración contra Los Españoles.
No es suficiente con desfiles escolares, arreglos florales, cátedras de moral y cívica para recuperar la memoria. El ejemplo de Juan Pablo Duarte debe aparecer en el estilo de vida de los funcionarios, en la pulcritud en el manejo de fondos públicos, en la rendición de cuentas para los gobernantes, pero también en el ejercicio de la empresa privada en su relación con el Estado.
Si hay políticos corruptos casi siempre hay complicidad y contubernio con empresarios privados que evaden el pago de impuesto y no se acogen a los principios de la justicia social.
Las arritmias históricas que habla el profesor Juan Bosch que ha vivido la sociedad dominicana facilitan algunos vacíos existenciales en la vida nacional, la anomia social o la ausencia de normas, todas se conjugan en propiciar una sociedad donde los héroes, generales y otro tipo de bribón se han apoderado de la vida pública en diferentes momentos de la historia nacional.
Duarte para los jóvenes, conocer su legado, sacrificio, apuesta al porvenir, fortalecimiento de la dominicanidad es una meta a fortalecer, la mayoría de la población dominicana es joven, menos de 40 años y a ellos hay que insuflar el ejemplo del Padre La Patria.