Dios cumple
Por Sugeny Sosa
El Señor, Dios de Israel, dice: “Prometí que los de tu rama de la tribu de Leví me servirían siempre como sacerdotes.
Sin embargo, honraré a los que me honran y despreciaré a los que me menosprecian”. (1 Samuel 2:30).
A menudo nos encontramos con casos en los que se honra a quien no merece honra, y se desprecia a quien no se tiene que despreciar.
Entre los hombres esto es normal, pero ¿actúa Dios del mismo modo? Dios no es hombre y, por lo tanto, su proceder no es como el del hombre.
La honra es una dignidad que posee o se le otorga al que lo merece. En el caso de los hijos de Elí, Dios no los honró como hizo su padre, porque no lo merecían.