Por Ariel Romero
Crean en sus gloriosas promesas
El creyente en Dios tiene siempre la oportunidad de prosperar, crecer en las distintas áreas de la vida, al igual que aquel que no practica ninguna fe. Solo que para aquellos que no practican ninguna fe, todas las vías le parecen correctas, aún aquellas que tienen señales de advertencia, a diferencia de aquellos que sí practicamos una fe que nos hace creer en aquello que dice hebreo 11: “¡Tanto tú como yo tenemos que permanecer dentro de conductas correctas y practicarlas”. ¿Sabes por qué? Es que tenemos sus promesas, como dice el versículo bíblico de 2da de Pedro 2:3 en adelante. Ahí estamos seguro que saldremos bien en todo lo que emprendamos, porque con nuestro estilo de vida nos convertimos en participantes de la naturaleza divina.
Dice el versículo: “3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, 4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huído de la corrupción que hay en el mundo, a causa de la concupiscencia; 5 vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud (poder); a la virtud, conocimiento; 6 al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad (empatía); 7 a la piedad, afecto fraternal, (amor al prójimo) y al afecto fraternal, amor”.
Ahí está nuestra prosperidad y crecimiento en la vida, en estas prácticas de fe. Cobra fuerza y comienza a ser partícipe de la naturaleza divina, en eso que nos dejaron y te aseguro que sus promesas se manifestarán en tí.
Dios te bendiga.
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