Por: Luis Rafael Pellerano
El sector minero de la República Dominicana representa uno de los pilares que sostiene la economía del país. De hecho, ocupa el 5% del crecimiento económico dominicano, colocándose frente a otros sectores tan importantes como el turismo, remesas, telecomunicaciones, zonas francas y construcción.
Es por eso que saludamos la valentía del presidente Luis Abinader en mencionar y realzar la industria minera en su discurso de rendición de cuentas con motivo del aniversario 178 de la Independencia de la República Dominicana, en el que resaltó: “Esta administración cree en fomentar una industria minera sostenible que opere con los más altos estándares del mundo, que garantice el medioambiente, la convivencia pacífica con las comunidades y que los recursos producidos sirvan para lograr una verdadera transformación en la vida de las familias que residen en estas zonas”.
En este sentido, igualmente respaldamos las declaraciones del Ingeniero Osiris de León, quien expresó en un artículo de opinión difundido en un importante medio de comunicación:
“Si queremos que las comunidades mineras sean las primeras en apoyar a la minería, y en defender a la minería, entonces el Gobierno y las empresas mineras deben ponerse de acuerdo en llevar hasta allí parte de los beneficios a través de: obras prioritarias, educación técnica, empleos de calidad, servicios de agua potable, energía eléctrica subsidiada, buenos servicios de salud y pagos por servicios ambientales. El Gobierno y las mineras tienen la palabra”.
Por tanto, entendemos que el centro de estas actividades debe reflejarse en las comunidades en donde se realizan, solo así los comunitarios harán propias las operaciones mineras y las defenderán como suyas. Las empresas mineras y las comunidades deben ser socios en su futuro y apoyarse mutuamente.
Esto también debe ir acompañado con un respeto y cuidado al medio ambiente en las zonas en donde se practica la minería para que verdaderamente esta sea sostenible, y junto a esto, educar a los comunitarios con el fin de que se sientan parte del proceso. Las empresas mineras deben ser los mayores defensores de los recursos hídricos del país.
Finalmente, creemos que el sector minero en la República Dominicana continuará haciendo significativos aportes al crecimiento económico del país. Pero para ello es necesario generar las condiciones que conlleven a que tanto Estado, empresas mineras y comunidades puedan crear los lazos necesarios que fortalezcan aún más el sector en beneficio de la nación.
Esperamos que pronto tengamos un país, donde las comunidades demanden el tener operaciones mineras en las mismas. Así lograremos un futuro más estable para nuestro país, que resista los choques externos que nos llegan desde fuera.