“Los dominicanos en el exterior aportan con sus remesas a la República Dominicana casi 4 mil millones de dólares, según cifras del Banco Central,” de acuerdo a un análisis de la Iglesia Católica, donde resalta el apego al trabajo de la mayoría de quisqueyanos y censuró a los pocos que delinquen.
Dijo en su editorial el periódico Camino, dijo que de enero a septiembre, 2016, el monto de las remesas ascendió a casi 4 mil millones de dólares.
“Lamentamos que algunos dominicanos nos han defraudado con su mala conducta en otras naciones”, agregó el editorialista.
Manifestó que el país sufre al ver que este año que termina 2 mil 145 han sido repatriados, solo desde Estados Unidos, por cometer allí delitos de narcotráfico, robos, atracos, secuestro de personas, violaciones sexuales entre otros. Ellos han traicionado la Patria.
Y agregó que también han manchado a una comunidad orgullosa de su trayectoria de servicio, amor al trabajo y fiel a los valores que sembraron sus progenitores.
Según Camino ahora les toca a las autoridades vigilar la conducta de estos dominicanos que han sido deportados para que no repitan aquí las fechorías que cometieron en otras tierras, donde adujo que su experiencia acumulada en el crimen organizado puede echarle más leña al fuego de la inseguridad ciudadana que padecemos.
Y agregó que “los buenos dominicanos de aquí, y a los que han tenido que emigrar, nos toca la hermosa tarea de construir la patria que soñaron los forjadores de nuestra nacionalidad”, tras señalar que la comunidad dominicana residente en Estados Unidos se ha caracterizado por ser trabajadora, emprendedora y respetuosa de las leyes del país que la ha acogido.
“Nuestros ¬hermanos que han emigrado llevan en su alma el amor a la Patria que les vio nacer, y siempre sueñan con volver al terruño querido que un día dejaron llenos de nostalgia”, indicó.
Camino declaró que los dominicanos aunque estén lejos nunca olvidan a sus familiares y se esfuerzan por enviar religiosamente la ayuda necesaria para que a sus padres y madres no les falte el sustento de cada día.
Y se preguntó camino ¿cuál sería el rostro de muchos campos y barrios dominicanos sin esa remesa mensual que alivia la carga de tantos hogares que subsisten gracias a esta entrega generosa y solidaria de los que se marcharon.
Asimismo, reconoció a los dominicanos y dominicanas que residen en Estados Unidos y varias naciones europeas y otras partes del mundo, quienes se consumen como un cirio encendido para alumbrar con sus aportes y apoyo permanente a sus seres queridos que han dejado aquí.
“ Por eso jamás podemos llamarlos dominicanos ausentes. Ellos están más presentes que muchos de los que tienen puestos dirigenciales en el Estado, y que deberían esforzarse más para construir una mejor nación, pero con sus malas acciones lo que hacen es generar y perpetuar la pobreza que padecen tantas familias que viven en condiciones infra¬humanas”, declaró.