Los precios de los principales productos alimentarios bajaron por quinto año consecutivo en 2016, con un promedio de 161,6 puntos en el conjunto del año, un 1,5 por ciento por debajo del nivel de 2015.
Las cosechas abundantes y las buenas perspectivas de los cereales básicos compensaron la presión alcista sobre el índice de precios de los alimentos de la FAO de productos tropicales como el azúcar y el aceite de palma, cuya producción sufrió el impacto de El Niño.
En diciembre, el índice se situó en un promedio de casi 172 puntos, sin cambios respecto a noviembre.
El índice de precios de los alimentos de la FAO es un índice ponderado en base a los intercambios comerciales que hace el seguimiento los precios internacionales de cinco grupos principales de alimentos básicos: cereales, aceites vegetales, lácteos, carne y azúcar.
2016 se caracterizó por una disminución constante de los precios de los cereales, que cayeron un 9,6 por ciento en relación a 2015 y un 39 por ciento desde su nivel máximo de 2011. Al mismo tiempo, los precios del azúcar y los aceites vegetales subieron a lo largo del año un 34,2 y un 11,4 por ciento, respectivamente.
«La incertidumbre económica, incluyendo las fluctuaciones en los tipos de cambio, influirán aún más posiblemente en los mercados alimentarios este año», aseguró Abdolreza Abbassian, economista principal de la FAO.
Cereales estables en diciembre, pero suben productos lácteos y aceites vegetales
El índice de precios de cereales de la FAO -que había permanecido en general estable desde septiembre-, subió un 0,5 por ciento en diciembre, al fortalecerse los precios del arroz y el maíz, mientras que las previsiones de una mayor producción de la esperada en Australia, Canadá y la Federación de Rusia hicieron descender los precios del trigo.
El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO subió un 4,2 por ciento en relación a noviembre, cerrando el año con un incremento de dos dígitos y en su nivel más alto desde julio de 2014. Subieron los precios del aceite de palma y del aceite de soja, los primeros debido a los escasos inventarios mundiales y la falta de suministros, y los últimos por la perspectiva de un uso creciente en los sectores del biodiesel en América del Norte y del Sur.
El índice de precios de los productos lácteos de la FAO también aumentó un 3,3 por ciento desde noviembre, debido principalmente a los mayores precios de la mantequilla, queso y leche entera en polvo y la producción limitada en la Unión Europea y Oceanía.
El índice de precios del azúcar -que había subido casi un tercio durante el año-, se redujo un 8,6 por ciento en el último mes de 2016. La fuerte caída se debió principalmente a un continuo debilitamiento del real brasileño frente al dólar EEUU, junto a un aumento del 18 por ciento en la producción esperada en la región Centro Sur, la principal zona productora de caña de azúcar de Brasil.
El índice de precios de la carne de la FAO disminuyó un 1,1 por ciento desde su nivel revisado de noviembre. Su valor medio en 2016 fue un 7 por ciento inferior al de 2015, debido principalmente a las caídas de los precios internacionales de las carnes de vacuno y de aves decorral.