Por Ariel Romero
¿Somos todos hijos?
Nos pasamos la vida estudiando, adquirimos experiencia en caminar en la vida. Esto nos ayuda a comprender que una de las cosas que todavía no sale del pensamiento humano es, si salimos o no del mono. En este siglo hay quienes tienen esto como una verdad y la famosa explosión, llamada bimbán, donde se dice que empezó la vida, todos no pensamos de esa manera, por más explicaciones que escucharon un grupo de estudiantes en una universidad de California el pensamiento no desapareció y no se escapa al día de hoy. Luego estamos los que pensamos si somos hijos o criaturas hechas a imagen y semejanza de aquel o aquello que entendemos que nos formó, en este pensamiento aparece la pregunta ¿somos todos hijos?
Si alguna vez has leído o te animas a leer el compendio de libros llamado “la Biblia” te puede encontrar en su primer ejemplar, el libro de Génesis, donde cita: “Y creó Dios al hombre y a la mujer, Varón y hembra los creó”. Vuelve y cita: “formó del polvo un muñeco de barro, sopló al molde hecho con sus manos y fue este muñeco criatura viviente”. Hasta ahí, al parecer somos criaturas. Esta palabra viene de creación. ¿Cuándo es que somos hijos?
No nacemos hijos, nos convertimos en hijos. Cuando como criatura hacemos la voluntad del que nos formó y lo reconocemos como padre.
A partir de ese momento podemos disfrutar del favor de un padre para con un hijo.
Entonces, por qué te comportas como criatura, si la criatura el único derecho que tiene es caminar y trabajar para sobrevivir, sin autoridad ni herencia, el hijo recibe favor y agrada al padre, el hijo recibe herencia y sobre todo tiene autoridad en la casa de su padre, puede ir a refugiarse en momentos de dificultad, esta es la verdadera relación de paternidad.
Levanta la mirada.
Dios te bendiga.