Los Tigres de Detroit aseguraron el viernes un pasaje de comodín a los playoffs en la Liga Americana, poniendo fin a una larga sequía de postemporada. Los Medias Blancas de Chicago sufrieron su derrota número 121, un récord de las Grandes Ligas desde 1900.
Riley Greene pegó un doble productor y los Tigres anotaron dos carreras en lanzamientos descontrolados para vencer 4-1 a los Medias Blancas, con lo que avanzaron a los playoffs por primera vez en una década.
Detroit completó un resurgir en las postrimerías de la temporada para hacerse con un boleto de comodín en la Liga Americana, y los Medias Blancas obtuvieron un puesto indeseado en la historia del béisbol al imponer una marca en la era moderna de las Grandes Ligas.
Los Tigres se enfrentarán al campeón de la División Oeste de laAmericana, Houston o Baltimore la próxima semana en una serie de comodín pactada al mejor de tres juegos, seguramente fuera de casa.
Brenan Hanifee mantuvo en blanco a los Medias Blancas durante las primera dos entradas, y Brant Hurter (6-1) permitió una anotación en cuatro entradas. Jared Shuster (2-5) cargó con la derrota.
RACHA CLAVE
Los Tigres han estado candentes, con seis triunfos seguidos y 10 en sus últimos 11 compromisos, para colocarse en los playoffs.
Desde el 11 de agosto, cuando Detroit estaba ocho juegos debajo de .500 y parecía fuera de la contienda, ha sido el conjunto más enrachado en las mayors, con 31 victorias en 42 compromisos.
Asimismo, ha tenido la mejor efectividad en las mayores y la mayor diferencia de carreras a favor.
Tarik Skubal, favorito para apoderarse del trofeo Cy Young en la Americana, encabeza la rotación de Detroit, y Jason Foley se ha convertido en un taponero fiable dentro de un bullpen robusto.
Riley Greene, jardinero elegido al Juego de Estrellas, es el integrante principal de una alineación que suele aportar bateo oportuno, del primero al último turno.
Ante un rival históricamente malo, los Tigres rompieron el empate en el quinto inning. Jake Rogers anotó cuando Jared Shuster realizó un lanzamiento descontrolado.
HISTORIA DE TERROR
hicago rompió el récord indeseable de 120 tropiezos, establecido por los Mets de Nueva York en 1962, su primera campaña en las mayores. La marca general se impuso en 1899, cuano los Spiders de Cleveland tuvieron un registro de 120-134.
Lo más cerca que un equipo se había quedado de la marca de Nueva York eran las 119 derrotas de los Tigres en 2003, cuando ganaron milagrosamente sus últimos dos duelos.
Esa era la marca de la Liga Americana hasta el domingo, cuando los Medias Blancas llgaron a 120 en San Diego.
Luego de evitar el récord con una barrida en casa ante los Angelinos de Los Ángeles, los Medias Blancas cayeron ante unos Tigres que se hicieron de su pasaje de playoffs frnete a 44.435 seguidores.
El abridor Garrett Crochet dio a Chicago una oportunidad, al finalizar su temporada con cuatro innings en blanco. Sin embargo, los Medias Blancas no pudieron anotar temprano, y Jared Shuster aceptó dos anotaciones en el quinto inning.
Por los Tigres, el cubano Andy Ibáñez bateó de 3-1 con una anotada. El dominicano Wenceel Pérez de 4-1.
K.C. pasó de 106 derrotas a playoffs. “Éste es un año diferente”.
A pesar de su derrota por 3-0 el viernes ante los Bravos en el Truist Park, los Reales aún tenían la esperanza de celebrar con champán cuando llegaron a su clubhouse. Cuando vieron por televisión la derrota de los Mellizos ante los Orioles en Minnesota, los jugadores de Kansas City sí pudieron festejar su pase a la postemporada como uno de los tres Comodines de la Liga Americana.
Después de tener récord de 56-106 en el 2023, los Reales agregaron a Seth Lugo, Michael Wacha, Hunter Renfroe, Kyle Wright y luego Tommy Pham en la Fecha Límite de Cambios, entre otros. Y claro, se comprometieron con el torpedero estelar Bobby Witt Jr. por 11 años y US$288,777,777.
El resultado ha sido un récord de 85-75 cuando faltan dos partidos en la campaña regular, suficiente para clasificar para los playoffs por primera vez desde el 2015, cuando ganaron el segundo título de Serie Mundial en la historia de la franquicia.
“Estos muchachos merecen todo el crédito del mundo, por el hecho de que no querían hablar del año pasado”, dijo en medio de la celebración el manager de los Reales, Matt Quatraro. “El año pasado ya pasó y éste es un año diferente. Ellos se ganaron cada cosa que han conseguido”.
Uno que sí se lo ha ganado desde hace 14 años en Kansas City es el veterano Salvador Pérez. El líder indiscutible de este club es el único jugador que queda de las ediciones de los Reales que participaron en dos Series Mundiales consecutivas en el 2014-15. Y aún produciendo a un nivel élite (27 jonrones, OPS+ de 120 en el 2024) a los 34 años, ésta es otra vuelta positiva para el seguro miembro del Salón de la Fama de los Reales… y posiblemente de Cooperstown.
“Estoy contento por el grupo, por el equipo mío”, expresó Pérez, quien también lideraba las celebraciones de champán y cerveza. “Hemos batallado, hemos luchado y aquí estamos rumbo a los playoffs. Hay Salvador para rato, ¡Let’s go!”.
Claro, los Reales no tienen el mejor récord entre los clasificados para los playoffs. Pero Pham, quien empezó la presente temporada en los Medias Blancas, fue un importante refuerzo de los Diamondbacks en el 2023, cuando ganaron apenas 84 partidos en la campaña regular y luego llegaron hasta el Juego 5 de la Serie Mundial.
“Quiero que estos muchachos vean lo que es la postemporada, para que tengan esa experiencia”, dijo Pham. “Después de ser tan bendecido el año pasado, quiero un anillo”.
¿Transmitirá el mensaje Pham a los demás que sólo hace falta llegar a los playoffs para tener posibilidades de ganarlo todo?
“Sin duda”, contestó el jardinero veterano. “Tenemos un gran equipo y tenemos un gran cuerpo monticular para hacerlo”.
El jardinero cubano Dairon Blanco le hizo eco a lo expresado por muchos de los jugadores de los Reales que vivieron la campaña de 106 derrotas del 2023, y que ahora disfrutan del éxito 12 meses después.
“El año pasado no tuvimos una gran temporada. Este año, todo el mundo está en revertir eso”, dijo Blanco. “Todo el mundo hizo el trabajo y gracias a Dios, estamos disfrutando de lo lindo. A seguir avanzando ahora en los playoffs”.
Brilló Fried. Tronó Murphy. Pero Ozuna SE ROBÓ el show en ATL
Con los Bravos luchando con los Mets y los Diamondbacks por los últimos dos Comodines de la Liga Nacional, la estrella del viernes en el partido de Atlanta contra Kansas City fue el zurdo Max Fried. El abridor dejó en blanco a los Reales en 8.2 entradas de tres hits, nueve ponches y dos bases por bolas, poniendo su récord en 11-10 con efectividad de 3.25 en la temporada en el triunfo por 3-0 del equipo de Georgia.
Fue la última apertura de Fried en la campaña y posiblemente su última vistiendo el uniforme de los Bravos, ya que el veterano será agente libre al llegar noviembre. Y con la incertidumbre de la clasificación o no de Atlanta para los playoffs, los 36,212 espectadores en el Truist Park le dieron una enorme ovación cuando salió del partido, sabiendo que podía ser un adiós.
“Fue una gran ovación para un gran lanzador”, comentó el manager de los Bravos, Brian Snitker.
Aparte del jonrón de dos carreras de Sean Murphy frente al abridor de los Reales, Brady Singer, una de las figuras más notables de este choque en la parte ofensiva fue Marcell Ozuna. El dominicano tenía más de dos años que no se robaba una base, y más cuando se trata de la tercera almohadilla. En el cierre del octavo episodio y con los Bravos ganando 2-0, Ozuna recibió base por bolas y avanzó a la segunda base ante un rodado suave de Eli White. Acto seguido, con el derecho venezolano Carlos Hernández no cuidándolo mucho y el antesalista Garrett Hampson bien despegado de la tercera base, Ozuna se fue y se robó la almohadilla. Cuando el disparo del receptor de los Reales, el venezolano Salvador Pérez, se escapó hasta el jardín izquierdo, Ozuna no sólo tenía su primera base robada desde el 2022, sino también aprovechó para anotar lo que Snitker definió como una carrera importante para el equipo.
“Creó una carrera que en un juego como éste podía ser grande”, dijo Snitker.
¿Se sorprendió el dirigente cuando vio que se iba Ozuna?
“Tan sorprendido como cualquier otro”, afirmó Snitker, confirmando que no había mandado a Ozuna a correr.
En el clubhouse de los Bravos, tenía Ozuna en su casillero la misma almohadilla, lista para ser firmada por los demás jugadores de Atlanta y algún día pasar a la vitrina del toletero en su casa.
“Se siente especial”, dijo Ozuna, autor de 39 cuadrangulares en el 2024. “Todo el mundo estaba como, ‘¡Dios mío! ¿Estás corriendo?’ Fue un momento divertido para mí. Con dos outs, me di cuenta de que el lanzador estaba lento y el tercera base estaba bien alejado de la base. Me dije, ‘Estoy listo’. Mis piernas están listas’. Entonces, déjame irme”.
Ozuna lleva apenas dos vuelacercas desde el 21 de agosto, pero ha seguido bateando y aportando. El viernes fue otro ejemplo de ello.
“Significa mucho, porque ya ésta es la última carrera que hay y hay que echar para adelante y dar lo mejor de uno”, expresó Ozuna. “Cada juego que uno va a jugar es importante”.