Tres crisis que arrastramos
según el Latinobarómetro del 2021
Por Max Montilla
Para la región, el Informe 2021 del Latinobarómetro señaló que los países de América Latina enfrentan una triple crisis: la crisis política de ‘larga data’, la crisis sanitaria y la crisis económica. En este escenario, 49 por ciento de las y los latinoamericanos apoya la idea de que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno; no obstante, en la mayoría de los países se reconoce que este sistema tiene grandes problemas.
Se destaca que este fenómeno da cuenta del grado de resiliencia y demanda por un sistema democrático con más fortaleza y accesibilidad a las garantías democráticas. En este punto, resulta importante mencionar la caída sistemática de las garantías civiles y políticas durante la pandemia. En esta edición se registró que la libertad de expresión cayó doce puntos porcentuales, de 58 a 46 por ciento, y la libertad de participar en política pasó de 62 por ciento en 2018 a 45 por ciento en 2020.
Según el Latinobarómetro, el modelo democrático presenta desafíos apremiantes: la concentración del poder público y las restricciones en el ejercicio de las garantías democráticas con motivo de las crisis y la prevalencia de entornos de violencia en muchas regiones. Ante estos retos se considera relevante la consolidación de una cultura de transparencia y acceso a la información, pues mediante estas figuras se favorece la reconstrucción de la confianza por parte de la sociedad, la rendición de cuentas, y la exigencia de la verdad.
En el Instituto Nacional de Transparencia, están convencidos de que la garantía del derecho a saber y la transparencia son elementos esencial para las interacciones entre la ciudadanía y sus gobiernos en un entorno democrático. Son verdaderas herramientas democráticas que incentivan la rendición de cuentas por parte de las autoridades, y fortalecen la participación y vigilancia ciudadana de las acciones y decisiones de los actores políticos. La democracia requiere de la acción de todas y todos, de una ciudadanía activa que pregunta y hace valer su voz, así como de gobiernos que responden y son responsables de sus acciones. En ello reside nuestro compromiso con la democracia y la sociedad.
La adopción de sistemas democráticos siempre ha favorecido el encuentro pacífico y ordenado de los puntos de vista, la construcción colectiva de las iniciativas, y la resolución de las diferencias en las sociedades. En las democracias, se facilita que las problemáticas comunes se solventen a través de la deliberación y participación representativa, equitativa y plural de todos los grupos. Además, en este sistema se posibilita la construcción de espacios para la convivencia libre y sin discriminación, así como la atención de las necesidades de los grupos en situación de vulnerabilidad.
La Organización de las Naciones Unidas ha subrayado que la democracia proporciona un entorno idóneo para el ejercicio y protección de los derechos humanos, es medio y fin no solo para asegurar que la voz y voluntad popular sean respetadas, sino también para garantizar la vida, las libertades y la equidad en el acceso a otras prerrogativas.
En una coyuntura mundial compleja –tras la crisis sanitaria que aún prevalece, en conjunción con la intensificación de los conflictos en diversas regiones del mundo– vale la pena reflexionar sobre el panorama global de la democracia.
Nos leemos en el próximo articulo, Dios mediante.