La libertad de olvidarse de uno mismo
Por Max Montilla
Como no todo es política, hoy quiero tratar sobre el libro “La libertad de olvidarse de uno mismo” del pastor y escritor Tim Keller ofrece una profunda reflexión sobre cómo el Evangelio transforma nuestra percepción de nosotros mismos y nos libera de las cadenas de la autoestima convencional. Keller plantea que el verdadero problema no es la baja autoestima ni el exceso de orgullo, sino la obsesión por el «yo». Este pequeño pero poderoso libro invita al lector a encontrar la verdadera libertad en la humildad que proviene de una identidad centrada en Cristo.
Keller parte de una premisa radical: el ego humano está profundamente dañado por el pecado. Esta realidad se refleja en una constante insatisfacción y un deseo desmedido de aprobación. Según Keller, nuestra sociedad promueve un modelo de autoestima basado en logros y comparaciones, que inevitablemente lleva a la arrogancia o la inseguridad. En cambio, Keller señala que el Evangelio nos ofrece una solución: nuestra identidad no depende de lo que hacemos, sino de lo que Cristo ya hizo por nosotros.
La clave para comprender este cambio es el concepto de humildad. Keller redefine la humildad, no como pensar menos de uno mismo, sino como pensar menos en uno mismo. Este tipo de humildad, que él llama «humildad centrada en el Evangelio», no está enfocada en el «yo», sino en servir a los demás. La libertad de olvidarse de uno mismo surge cuando dejamos de buscar validación y descansamos en la seguridad de que somos completamente aceptados en Cristo.
El autor analiza también cómo esta transformación afecta nuestra interacción con el mundo. Cuando nuestra identidad está en Cristo, no necesitamos competir por estatus o reconocimiento, lo que nos permite vivir con mayor gozo y generosidad. Esto no significa que dejemos de esforzarnos o de tener metas, sino que nuestras acciones ya no están motivadas por un deseo egoísta de sobresalir, sino por amor y gratitud a Dios.
Uno de los puntos más impactantes del libro es cómo Keller desglosa el juicio personal. Explica que la autoevaluación constante es una carga pesada, ya que siempre encontramos defectos en nosotros mismos. Sin embargo, el Evangelio nos asegura que nuestro juicio ya ha sido llevado en la cruz. Por lo tanto, no necesitamos buscar justificarnos ni temer el rechazo, porque ya hemos sido declarados justos por Dios.
Keller utiliza ejemplos bíblicos, como la vida del apóstol Pablo, para ilustrar cómo vivir una vida centrada en el Evangelio. Pablo, a pesar de ser un hombre lleno de logros, consideraba todo como «basura» en comparación con conocer a Cristo. Esta perspectiva le permitió servir con valentía y amor, sin preocuparse por su reputación o logros terrenales. Es un ejemplo práctico de lo que significa olvidarse de uno mismo en el sentido bíblico.
El mensaje de Keller es relevante en un mundo donde la autoafirmación y el egoísmo son promovidos como virtudes. La verdadera libertad, según él, no se encuentra en la autoexaltación ni en la autonegación, sino en la auto-oblivión, un término que describe la entrega total del «yo» a Dios. Esta libertad nos permite experimentar relaciones más saludables y vivir en una comunidad marcada por el amor y el servicio mutuo.
En resumen, La libertad de olvidarse de uno mismo es un llamado a abandonar la obsesión por nuestra imagen personal y abrazar una identidad arraigada en el Evangelio. Keller nos recuerda que nuestra valía no se encuentra en lo que hacemos, sino en quiénes somos en Cristo. Este libro, aunque breve, tiene un mensaje profundo y transformador, perfecto para cualquier persona que busque una vida más plena y libre en Dios.
Nos leemos en otro artículo, Dios mediante.