Por: Iván Ramos
Los Sixers necesitan abrir la cancha
La pasada temporada, el llamado proceso encabezado por el nigeriano Joel Embiid se quedó a un partido de alcanzar la Final de la NBA y, por cómo se dieron las cosas, donde tuvieron que salir por lesiones tanto Kevin Durant como Klay Thompson, podríamos decir que se quedaron a un partido de haber podido ser los campeones 2018-19.
Para esta temporada el equipo dio un golpe sobre la mesa, llevándose a sus filas al dominicano Al Horford y agregando desde Miami a Josh Richardson, transacción que llevó a Jimmy Butler a la ciudad del sol.
Sin dudas que Filadelfia ha logrado formar una de las mejores líneas frontales existentes en la liga, pero con una muestra que sobre pasa ya el 20% de la temporada, se hace evidente que los Sixers, para poder escalar una montaña llamada Milwaukee Bucks en la conferencia Este, encabezada por el griego Giannis Antetokounmpo, necesita de algo más, necesitan abrir la cancha agregando un tirador que le aporte consistencia detrás del arco.
La fecha límite de cambios no puede pasar desapercibida para la gerencia de los Sixers.Es de allí de donde debe llegar alguien que pueda darle al equipo lo más parecido posible a lo que le daba JJ Reddick y que pueda suplir, sobre todo, lo que en este aspecto le quita Ben Simmons.
Actualmente Filadelfia ocupa el décimo noveno lugar en cuanto a porcentaje detrás del arco de tres puntos (35.1%) y es el sexto equipo que menos triples intenta en la liga con 29.8 en cada encuentro.
Esto convierte a los Sixers en el equipo élite que probablemente necesite hacer más ajustes a la ofensiva si pretenden llegar más allá de la Final de Conferencia.
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